para antonio, un amigo especial
Antonio, te quiero mucho.
Le conocí a Antonio hace ya 9 anos, y desde entonces ha influido en mi vida de varias maneras. Antonio tenia esa magia de ser un profesor, un academico y pero encima un mentor, y sobre todo un amigo muy especial.
Antonio fue mi primer profesor de español. No esperaba nada especial de la clase, pero esa misma clase me cambio la vida. Antonio captó a los chicos de la clase, lleno de todo tipo de gente—traviesos, buenos, atletas, mayores, novatas. ¿Cómo hizo eso?
Pues, con su sentido del humor, que cualquier persona que conociese a Antonio estaría de acuerdo. Hacía bromas constantemente, comentarios de la cultura, de la vida universitaria. Se reía con nosotros.
También por la manera en la que se juntaba con sus estudiantes. Pasé muchas cenas, primero en los Dining Halls y luego en Tiger Inn, con Antonio. Aunque no era mi profesor en mis últimos años en Princeton, todavía quedábamos para charlar de todo, desde mi último novio hasta el tema de mi senior tesis.
Y finalmente, Antonio era un gran profesor. Nos enseñó mas que el lenguaje. Nos hizo hacer investigaciones y presentaciones en arte, literatura, historia. Siempre mostraba pasión hacia su trabajo, una dedicación que era contagiosa. Tanto que decidí hacer mi concentración con el departamento de Español.
Pero mi amistad con Antonio no acabo allí, ni mucho menos.
Cuando acabé en Princeton, quería volver a Madrid (donde pase mi junior year); Antonio me ayudo con el proceso de investigar y encontrar trabajo, también con las solicitudes; me apoyó en todo.
Durante los dos años siguientes que pasé en Madrid, siempre estaba en contacto con Antonio. Él me mando a sus sitios preferidos en España, o buscar a su amigo en un bar o a un pueblo desconocido. Compartimos historias de Madrid, de la gente, él me contaba sobre los novatos en Princeton y su propios proyectos académicos.
Cuando volví a los Estados Unidos hace 2 anos, Antonio seguía jugando un rol especial, le consideraba un amigo muy especial. Como él echaba mucho de menos España, pasamos muchas noches juntos recordando y riéndonos de mis clases en Princeton, de España, de nuestros amigos. Seguía tan listo y tan de buen humor, como siempre. Encima, siempre me preguntaba de mis estudios, de mi futuro. Hace poco hablabamos por e-mail para ver cuando ibamos a quedar y contarnos.
Y de la misma forma que Antonio influyó en mi vida, estoy segura que les pasó lo mismo a muchos otros estudiantes.
Me acordare mucho de Antonio, de su risa alta y sus ojazos!
Posted by Dana Sarnak
Wednesday April 20, 2011 at 3:04 pm